Restauración del Órgano mayor de la Catedral

Restauración del Órgano mayor de la Catedral

Un poco de historia
El Órgano de la Catedral es el digno sucesor que se instaló en la caja del órgano «viejo grande» construido por fray Domingo Aguirre en el siglo XVII. Aquel primitivo instrumento, junto con otros dos órganos pequeños que llegó a tener la catedral placentina (uno a cada lado del coro sobre las tribunas), fue desmontado a principios del siglo XX. Las razones fueron de distinta naturaleza, por un lado mecánicas pues ya no sonaban y era cara y difícil por no decir imposible su recomposición. Por otro lado y sobre todo, por razones de carácter puramente estético-musical, pues el estilo imperante durante el siglo XIX y las primeras décadas del XX, que se conoce como «Romanticismo», había invadido todas las esferas del arte desde la literatura hasta la pintura incluyendo, como no podía ser de otro modo, también a la Música.

El Cabildo catedralicio decidió, en 1919, cambiar los tres viejos órganos por uno nuevo en estilo «romántico». Este nuevo instrumento podría hacer frente a la nueva música a diferencia de sus predecesores, instrumentos barrocos ibéricos de capacidad muy limitada por no decir imposible para afrontar el gran repertorio romántico del siglo XIX tan de moda en la música occidental europea del momento.

En diciembre de 1919 llega nuestro actual órgano, construido por la casa Eleizgaray de Azpeitia. Fue colocado no en el sitio del antiguo «órgano grande» sino sobre la tribuna de la parte derecha del coro. Bendecido por el Excmo. Sr. D. Ángel Regueras López, obispo de Plasencia, el 1 de febrero de 1920 después de la Misa Conventual e inaugurado solemnemente en la tarde de dicho día con asistencia de las autoridades y pueblo en general con un concierto a cargo del profesor del conservatorio de Madrid y organista de la Concepción Sr. Moreno Ballesteros (padre del maestro Moreno Torroba), Sánchez Ruiz, Maestro de Capilla, y Sáez de Ibarra, organistas ambos de nuestra catedral por aquel entonces.

En 1947, con la llegada del nuevo obispo de la diócesis, Excmo. Sr. Dr. D. Juan Pedro Zarranz y Pueyo, éste propone que el órgano se instale en la caja del «órgano viejo grande», ya que aquella soberbia «tribuna y caja estaban pidiendo un órgano digno de ella». Desmontado del emplazamiento que había ocupado desde 1919 sobre el lateral alto del coro, fue colocado en la caja (vacía entonces) del viejo órgano
grande, en el año 1949. Realizó este trabajo el organero de Madrid don Ricardo Delgado y el Órgano ocupó desde entonces hasta la actualidad el emplazamiento que todos conocemos.

En 1981, a instancias del maestro de Capilla, Ilmo. Sr. D. Román Gómez Guillen, siendo obispo de la diócesis el Excmo. Sr. Dr. D. Antonio Vilaplana Molina, el Órgano fue restaurado y ampliado con trompetería dispuesta en posición «en batalla» (los tubos que se ven en plano horizontal en la fachada del instrumento como los «cañones de un barco»). El organero encargado de llevar a cabo esta restauración y ampliación fue don José Antonio Azpiazu Gómez de Azpeitia.

La restauración actual
Ahora, 42 años después de aquella última gran intervención, el Cabildo de la S. I. Catedral, con gran ilusión y un considerable esfuerzo económico, va a acometer una nueva restauración del Órgano mayor de la catedral, pues conservamos otro pequeñito «realejo», también llamado «positivo», al que también se le va dar un repaso y afinación. La intervención ha sido encargada al mejor técnico organero que puede reparar lo que nuestro órgano necesita, se trata del taller de organería José Antonio Azpiazu (hijo de aquel que en 1981 realizó la última gran intervención) por conocer en profundidad los «entresijos, debilidades y fortalezas» de nuestro precioso instrumento.

La actual restauración va a consistir en arreglar y volver a tener el órgano en las mejores condiciones de funcionamiento, pues acumula una larga lista de averías que necesitan de su reparación como cualquier máquina que fielmente ha cumplido con el servicio para el que ha sido diseñada, pero que sufre el desgaste natural por el uso y el paso del tiempo. Entre los más graves problemas pueden señalarse los siguientes:
– Los teclados no responden, teniendo un gran número de notas mudas, es decir, algunas teclas no responden y no suenan esos sonidos pues las conexiones y válvulas están rotas y los fieltros que las recubren, o bien apolillados o desgastados, ya no cumplen correctamente su función, las conexiones eléctricas no responden, el cuero y pieles que recubren los «secretos y fuelles» se han acartonado y resquebrajado lo que provoca enormes pérdida de aire y escapes del viento, no teniendo la presión adecuada, la afinación se pierde o directamente determinados registros (variantes en el sonido del órgano) no suenan.
– El Órgano no es solamente los tubos que podemos ver en la «fachada» del instrumento, dentro del mueble, en lo que llamamos la caja, están los más de 2500 tubos que tiene nuestro instrumento; en general se encuentran en un estado de conservación aceptable pero acumulan suciedad y polvo, algunos debidos al peso se han doblado y caído debido a rotura del anclaje de sujeción. El motor ventilador que instaló en 1949 el organero Ricardo Delgado, después de tantos años de servicio, es algo ruidoso y su caudal de aire es demasiado justo para el consumo del órgano. Si a ello añadimos las innumerables pérdidas de aire por todos los conductos y fuelles podemos afirmar que es casi milagroso que siga sonando todo lo bien que queremos. Este estado lamentable va a ser corregido y arreglado: en primer lugar se realizará una limpieza general del Órgano, a continuación se procederá a desmontar todo lo necesario para su reparación, se sustituirán las pieles, fuellecitos neumáticos, membranas y demás componentes similares que se encuentren en mal estado, tanto en los «secretos» (arcas de madera en donde se acumula como un depósito el viento que al apretar una tecla es conducido por tuberías y canalizaciones al tubo correspondiente para hacerlo sonar). Los fuelles serán enteramente desmontados con objeto de ser reparados y sustituidos el guarnecido de piel y evitar las pérdidas de viento. Los teclados serán cuidadosamente desmontados y reparados y las piezas rotas sustituidas por nuevas, para que todas las teclas y conexiones (rotas por el uso y el paso del tiempo) vuelvan a funcionar. El motor ventilador que es el encargado de generar el aire para sonar el órgano será revisado, sustituidos cojinetes, engrasado y puesto a punto.

Por último será afinado y entonado según el espíritu de origen, el La 3º de flautado a 440Hz a 20 Cº.
Para la mayor gloria de Dios

El tiempo de ejecución será de unos dos a tres meses, a partir del día 27 de febrero, lunes, transcurridos los cuales nuestra Catedral volverá a contar con su Órgano en plenas facultades tras esta minuciosa y necesaria restauración, pensada para que en el templo catedralicio todo sea para la alabanza y gloria de Dios nuestro Señor, especialmente por su uso litúrgico pero también por la realización de conciertos de música sacra.

Plasencia, a 25 de febrero de 2023.